Nuestros servicios están enfocados en la creación y desarrollo de nuevos productos industriales. Proponemos ideas y conceptos tanto por la parte funcional del producto, como de su interacción con el entorno y aplicamos la ingeniería necesaria para transformar estas ideas en un producto industrializable.

Trabajamos hasta tener el producto definido técnicamente, si es necesario con un prototipo funcional y con una propuesta factible de fabricación.

Tanto si has detectado una nueva necesidad en el mercado y quieres crear un producto que la resuelva, como si ja tienes un concepto de producto y quieres desarrollarlo para fabricarlo, disponemos de las capacidades y herramientas creativas y de ingeniería para afrontarlo.

Sí. Podemos mejorar su eficacia y eficiencia a la hora de cumplir con su función, hacerlo más atractivo para sus usuarios o proponer soluciones que mejores y faciliten su industrialización.

No. No los fabricamos directamente, pero sí que gestionamos y controlamos los proveedores que los producen. Los prototipos forman parte de nuestro proceso de trabajo y es por ello que también realizamos internamente los montajes y pruebas iniciales.

No. Nuestra ingeniería es esencialmente mecánica. De todos modos, tenemos conocimientos y nos mantenemos al día en temas como actuadores, sensores y comunicaciones para aplicarlos en nuestros diseños, pero para el desarrollo de los sistemas electrónicos, trabajamos juntamente con empresas especializadas y de confianza.

Nuestro trabajo incluye diseñar piezas industrialmente factibles para fabricar el producto, pero no realizamos el proyecto de industrialización. Si por vuestra parte se considera necesario, proponemos un acompañamiento durante este proceso para ayudaros a presentar el producto y negociar los posibles cambios en el producto propuestos por los proveedores para evitar que afecten a aspectos de diseño clave del producto.

Empezamos estableciendo con vosotros una visión general: cuál es el objetivo del cliente, qué necesidad debemos resolver, con qué producto y cuál sería la principal ventaja competitiva. También juntamente con vosotros preparamos lo que llamamos Pila de Producto, donde relacionamos los requerimientos de los roles participantes en el proyecto (usuarios, prescriptores, propietarios, fabricantes, …) con el valor que aporta resolverlos. De esta manera podemos identificar cuáles son los requerimientos prioritarios y que aportan un mayor valor al producto.

En la Pila de Producto identificamos el grado de innovación que representa resolver cada requerimiento. Hay algunos que son necesarios y no implican ninguna innovación, pero otros pueden representar una novedad proporcional o disruptiva. Si son de las primeras, ya existen en el mercado, pero las podemos mejorar para aportar un mayor valor al producto. Si son disruptivas son inesperadas para el mercado, os distinguirán de la competencia y pueden generar nuevas oportunidades de negocio. En nuestra oferta de proyecto, presentamos propuestas de solución relacionadas con estos dos conceptos para dar el valor justo a nuestro trabajo creativo.  

Una vez ordenados los requerimientos de acuerdo con el valor que aportan, definimos el Mapa de Ruta del proyecto que se compone de lo que llamamos Iteraciones de Desarrollo. Estas Iteraciones son pequeños proyectos en los que resolvemos un conjunto de requerimientos, complementando y aumentando el valor del producto hasta completar su desarrollo.

Precisamente nosotros creemos que los cambios son oportunidades para mejorar el producto. Por este motivo trabajamos por Iteraciones. Al final de cada una de ellas valoramos el resultado juntamente con vosotros y decidimos si hace falta añadir o cambiar requerimientos, modificar el Mapa de Ruta o detener el proyecto.

El desarrollo en Iteraciones es la primera herramienta para gestionar el riesgo. Al final de cada Iteración podemos valorar si las soluciones cumplen las expectativas y buscar alternativas.

En cada Iteración distinguimos dos fases: el Desarrollo y la Prueba de Producto. En la primera, diseñamos soluciones y experimentamos con ellas en el Laboratorio Virtual para reducir de forma rápida y eficaz las incertidumbres técnicas. En la Prueba de Producto experimentamos con prototipos reales para resolver las incertidumbres remanentes y proporcionar una prueba del valor conseguida en la Iteración.

El Laboratorio Virtual es un conjunto de herramientas de simulación numérica avanzada que nos permite ensayar de manera virtual el comportamiento mecánico, térmico y fluidodinámico de las soluciones que estamos desarrollando. Para nosotros es un motor esencial para la creatividad y la innovación. Nos permite atrevernos a plantear soluciones que en un primer momento serian muy difíciles de valorar con ensayos reales, investigar muchas alternativas diferentes y profundizar en su funcionamiento para mejorar el resultado.

Ciertamente puede representar un incremento en el coste en la fase de diseño y desarrollo del producto, pero se debe tener presente dos cuestiones claves. Los ensayos en prototipos reales son caros de instrumentar y por lo tanto si no se prevé una elevada inversión puede pasar que no proporcionen la suficiente información. Esto puede llevar a limitar la capacidad creativa por el riesgo que representa la dificultad de experimentar durante el desarrollo. Por otro lado, las decisiones que se toman durante la fase del diseño y desarrollo de un proyecto son las que influyen más en los futuros costes. La simulación nos permite conocer muy bien el producto de manera rápida y tomar las decisiones adecuadas.

Distinguimos entre: maquetas, prototipos y demostradores. Las primeras no son funcionales, sirven para evaluar el aspecto, la volumetría y la ergonomía del diseño. Pueden incluir acabado estético o no. Los prototipos son funcionales. Pueden ser de mecanismos parciales o del producto completo según la Iteración de Desarrollo en la que se encuentre el proyecto. Durante la Prueba de Producto los utilizamos para mejorar el diseño y demostraros el valor obtenido en la Iteración. Por estas razones tienen una vida limitada. Los demostradores son prototipos del producto finalizado con o sin acabados estéticos, que os deben servir para mostrar el producto a proveedores, inversores o futuros clientes, durante un tiempo determinado.

Somos más partidarios de mostrar los resultados de dan valor al producto que a documentar exhaustivamente los procesos que se han realizado. Una Iteración suele tener una durada de entre uno y tres meses. Como mínimo, cuando finalice la fase de desarrollo mostraremos los resultados obtenidos y expondremos qué prototipo se fabricará y se ensayará en la Prueba de Producto. Al final de la Prueba de Producto mostraremos con el funcionamiento del prototipo el valor obtenido en la Iteración.

Independientemente de los resultados acumulados en las diferentes Pruebas de Producto, liberaremos documentación en 2D y 3D del conjunto y todos los componentes del producto, imágenes renderizadas y vídeos demostrativos, informe sobre los posibles procesos de fabricación y un informe de los ensayos reales o virtuales realizados para demostrar el cumplimiento de los requisitos más técnicos.

La invención es un proceso creativo que va más allá de lo habitual o conocido y que ofrece como resultado nuevas ideas. La innovación es la implementación práctica de las ideas, que no tienen porque ser nuevas, con tal de obtener productos nuevos o mejorados.

Una invención pertenece de forma natural a su creador, pero su explotación económica puede ser cedida a terceros con las contraprestaciones acordadas entre las partes. Esto es lo que hacemos. El propietario de la patente es siempre el cliente, pero nosotros constamos como los inventores.

Un producto debe satisfacer el conjunto de funciones, características y cualidades que plantean los diferentes roles del proyecto (usuarios, prescriptores, propietario, fabricante, …). El valor es la “medida” de la importancia que tiene por cada uno de los roles según su cumplimiento. Puede tratarse de una medida monetaria, una magnitud técnica, un valor temporal, de satisfacción, una respuesta ética, … Cuanto más valor tenga el producto, más éxito y retorno económico puede tener dentro del mercado.

El método Agile surgió en el entorno de desarrollo de software para aportar una mayor flexibilidad al proceso de desarrollo, adaptarlo a los entornos cambiantes y acercarlo a las necesidades reales de las personas. Son principios válidos para muchos sectores industriales, pero su adaptación a productos físicos es compleja por la dificultad de experimentar.

Nosotros lo hemos adoptado y adaptado para definir acuradamente lo que es más importante, adaptarnos rápidamente a nuevas oportunidades que surgen durante el desarrollo y gestionar fácilmente el riesgo y la incertidumbre inherentes al tipo de proyectos de abordamos.

La dificultad para ensayar en productos físicos que frenan el uso de Agile en este entorno, lo hemos superado con nuestro Laboratorio Virtual.

Creemos que un valor importante que podemos aportar a un cliente es una nueva visión, menos influido por la historia y las costumbres de la empresa. Además, el trabajo en sectores muy diversos nos ofrece una oportunidad única para observar soluciones diversas, cuestionarlas y adaptarlas o inventar otras nuevas.